Por complicidad con la bruja había sido enjaulado el gato.
Los inquisidores sospecharon que podía haber diablo escondido bajo la piel del gato y fue sentenciado a arder en pira aparte, porque podía haber pecado de bestialidad al quemar en la misma hoguera persona humana y animal.
Bien maniatado con cadenas, el gato brujesco produjo un repeluzno de escalofrío entre los asistentes al auto de fe. Había algo de caza luciferiana en la presencia del gato.
La leña de la propiciación comenzó a arder y durante un largo rato se oyeron maullidos infernales, hasta que al final, ya consumida la fogata, se vieron sobre las cenizas dos ascuas que no se apagaban: los dos ojos fosforescentes del gato.
*Texto de Ramón Gómez de la Serna extraido de:
Valadés, Edmundo (compilador), El libro de la imaginación, Colección Popular, México, Fondo de Cultura Económica, 1992.
*Texto de Ramón Gómez de la Serna extraido de:
Valadés, Edmundo (compilador), El libro de la imaginación, Colección Popular, México, Fondo de Cultura Económica, 1992.
*Más palabras de Ramón Gómez de la Serna:
“Búho: gato emplumado.”
“El gato es una gárgola que se pasea por casa."
“El gato se hace el muerto para que lo dejen dormir la siesta.”
“Los gatos se beben la leche de la luna en los platos de las tejas.”
Fuente: http://www.geocities.com/greguerias/greguerias03.htm“El gato se hace el muerto para que lo dejen dormir la siesta.”
“Los gatos se beben la leche de la luna en los platos de las tejas.”